No es fácil resignarse cuando una amiga se va para siempre. " ¡Que duro es decir adiós!"
¿Por qué te fuiste? ¿Por qué partiste, amiga?
Es lo único que mi corazón egoísta atina a pensar. Perdóname… es que no lo entiendo… Discúlpame, sí lo comprendo, ¡pero es que no lo acepto!
A pesar de que, sé que tu cuerpo ya no podía más. Entiendo que las fuerzas te hayan abandonado. Entiendo que estás mejor allá ¡Pero cómo me duele! Al mismo tiempo me repito mil veces que fue lo mejor para ti, esta pobre naturaleza mezquina no para de sufrir.
Tantos sueños que compartimos juntas, amiga. Tantas risas y alegrías vividas. Tantas metas alcanzadas. Tantos miedos y temores superados. Tantos abrazos y besos. Tantas veces que nos dijimos: Te quiero. Tanto amor, sí amor del bueno. Tantas veces que nos decíamos adiós y otras tantas que nos saludábamos con cariño.
Pero te fuiste y yo aquí tan lejos de ti. Llorándote a distancia.
No pude estar allí para decirte por última vez cuanto te quería. No pude estar allí para decirte por última vez lo importante que eras en mi vida. Te fuiste. Y a miles de kilómetros te lloro, te extraño. Cómo me gustaría haber estado contigo, cómo me gustaría haberte dicho adiós por última vez. Pero la vida no lo quiso así. Y nada puedo hacer para cambiarlo. Y aunque escribiendo estas líneas me deshago en llanto, tú ya estás en otra dimensión y yo aquí intentando vivir sin ti.
Ya no voy a oír nunca más tu voz, ya no voy a recibir más mensajes tuyos, ya no voy a disfrutar más de tu hermosa sonrisa. Ya solo me queda tu amor, amiga. Sí, ¡me diste mucho! Me queda también todo lo que de ti aprendí. Esa valentía y fuerza envidiable. Esas enormes ganas de vivir, de salir adelante.
Sarah Herasme" Piensa en grande ─siempre me decías.
Y ahora que te fuiste lo único grande que tengo,es la tristeza que tu ausencia me genera.
Mi corazón insiste: ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué partiste?
Mi fe me dice que te veré de nuevo, amiga. Mas ni eso me quita este pesar. Yo quiero verte ahora, yo quiero hablar contigo ahora. Quiero reírme a tu lado ahora ¡No quiero esperar!
Perdóname una vez más… ya no sé ni que escribo. El dolor no me deja ver nada claro.
La naturaleza es sabia y el tiempo cierra las cicatrices. La resignación llegará tarde o temprano. Y mientras llega voy a comprarte una hermosa flor llamada Amarillys. Sí, como la que el año pasado te regalé. La esconderé bien en la maleta y te la llevaré allá donde descansas. La sembraré a tu lado y la bautizaré con tu bello nombre mi querida amiga: Sarah.
Aún ante el luto hay que saber mantener la cabeza a flote.
Dejarse llevar por la tristeza hasta desahogar bien el corazón es sano. Con el tiempo llega la resignación ante lo incambiable. Pero si no es el caso. No permitas que tu tristeza se vuelva una depresión crónica. Osea que dure demasiado o que sea muy intensa. Si después de un periodo normal de luto aún no puedes tomar las riendas de tu vida, es hora de buscar dónde está el problema. Tú te mereces volver a sonreír, volver a vivir la vida con intensidad.
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Zoila Herasme says
Gracias Wendy, por tan hermoso artículo. Me has hecho llorar. Es dura la realidad, mucho más cuando se esta en la distancia. Dios nos de fortaleza a todos. Sabes bien, que ella no esta, pero aquí estaré yo, no será nunca igual, pero puedes contar conmigo. TQM.